Wednesday, October 25, 2006

Luces.y.Sombras.

Aunque habían pasado varios años, el hombre no recordaba como era que había llegado allí. Continuaba firme en su espera en la estación cabecera del subterráneo de la ciudad. Su objetivo: hallar el amor, el verdadero en su vida.

Desde hacia mucho tiempo que no comía, no corría, no dormía, no reía, no lloraba, no escuchaba y casi ni hablaba. Se dedicaba exclusivamente a analizar las miradas de todas las personas que por allí pasaban. Desde su lugar lograba se dedicaba a analizar las miradas de la gente en busca de aquel brillo característico que todos dicen encontrar en las persona de las que se enamoran. Este análisis le permitió observar de todo: ojos claros, oscuros, apagados, mentirosos, tiernos, angustiados, soñadores, dormidos, cansados Al comienzo algunas mujeres le devolvían las miradas pero con el correr del tiempo percibió una creciente indiferencia y ya en los últimos meses ninguna de notaba su presencia tenue.

Resinado por el la frustrante búsqueda y paso de aquel tiempo, cierto día decidió a regresar su hogar. Solo recordaba la serie de imágenes que definían aquel camino de regreso: el colectivo, el vigilante, el almacenero, el barrio; una puerta, una altura, una calle, su puerta y una luz. su corazón sentía que tenia que volver a su casa, su cama, su habitación, sus pertenencias, volver a ese lugar donde sentía que deseaba vivir sus (tal vez ) últimos suspiros.

Luego de viajar un tiempo (meses, semanas o talvez unos segundos) se plantó en el frente de lo que creía que era su hogar (al menos, era lo mas parecido a lo que recordaba). Recordó en ese momento que en su bolsillo tenia una llave, la buscó, la colocó pacientemente e intentó abrir. Para su sorpresa, no abría. Resignado, detectó en la puerta un timbre que tapado por algunas telas de arañas y quiso presionarlo para si alguien desde allí pudiera ayudar.

Insistió varias veces y al sexto timbrazo la puerta se abrió. Nada se veía allí, hasta que de repente una pequeña esfera comenzó a emitir un enorme destello. El hombre percibió la calidez, sencillez, comprensión ; la ira, el enojo, el desconcierto, la envidia, los celos.

Reconocía esa sensación, le generaba un poco de alegría, por lo que intentó sonreír, pero no podía: su boca ya no estaba, y su rostro tampoco. Sus manos se habían desvanecido, sus piernas no respondían. Observó su reflejo en la ventana de la casa y se dio cuenta de lo peor: su figura se había deteriorando en los años de espera y búsqueda, transformándose en una sombra gris, fría ,oscura, impermeable, uniforme, impersonal.

La luz se hizo mucho mas grande y al, parecer, también lo reconoció por lo que disminuyó su intensidad y una voz despertó de ella: “Sin amor, no brillas. Sin esperanza, no iluminas. Te has escapado ante el primer miedo. Buscaste cuando había que encontrar. Olvidaste cuando tenias que recordar. Ahora es tarde. Como siempre, muy tarde. Pero ya no importa, duérmete aquí , junto a mi. Has perdido tu única oportunidad de amar."

Luego de emitir este mensaje, su brillo se intensificó generando que la sombra se desvaneciera hasta desaparecer completamente de los adoquines. Entre lágrimas, sangre y recuerdos, ella logró dibujar un final para esta vida que ni la misma muerte podría haber planificado de manera tan perfecta.