Friday, December 02, 2005

la.escalera.

"Cuidado hijo, no mires nunca hacia atràs cuando subes las escaleras" recuerda Juan esa voz tan suave y rasposa de su padre...ante un escalofrió que nació por una gota de sudor que comenzaba a correr por su frente, besaba su ojo izquierdo, acariciaba su nariz y abrazaba sus labios. Alguien había golpeado su espalda ...tomando su remera por el hombro izquierdo..parecía una mano o una garra...o . ..algo así.
La Luz se había cortado en la casa y el único lugar donde se encontraban las linternas y las velas amarillas era el altillo. Para llegar allí había que subir una serie 20 escalones empinados (muy empinados).
El tenia que subir los escalones, tomar las velas (o la linterna) y volver a su habitación donde estaba esperándolo los apuntes para rendir finales de su carrera universitaria, pero ...la mano lo paralizó, inmovilizó...aterró.
Juan lograba sentir la respiración regular de esta criatura por sobre su hombro derecho, rozándole la oreja y sintiendo su corriente de aire sobre la mejilla..... La parálisis hacia mezclaba el miedo con otras ocasiones de miedo..y no podes realizar acción alguna ....no tenia fuerzas, no tenia esperanzas de salir vivo.
Un segundo después regresa de las nubes de recuerdos y la criatura lo toma aun mas fuerte de su remera.....escucha ...en cámara lenta, suspendido en el tiempo .....sus quejidos, gemidos.... aromas....olores...
Entre escalofríos inconstantes logrò recordar aquella primera noche en la cual enfrentaba a su pequeño terror.
“ Hijo, ¿le tenés miedo a la oscuridad?” su padre le había dicho alguna vez...
“ No papá, ya no más, podes apagar la luz del pasillo”...respondía el a los 5 años con firmeza..
Pero no, el nunca había podido dejar de tener miedo a la oscuridad, a la falta de luz, a la noche profunda que hace renacer cualquier tipo de sombra interior. Esto era totalmente normal: La casa era una enorme mansión, llena de escaleras que subían y bajaban, baños con techos altos y reverberación de iglesia, habitaciones con ventanales que permitían que las primeras luces del sol te despertaran ...y que la luz de la una te abrazara al dormir...., pero..en soledad , en la completa soledad de una noche de verano, cualquier tipo de demonio, espíritu , ladrón o ratero, debía sentir la necesidad intensa...de darse un festín acechando a alguno de los residentes.
Sin que hayan acontecido si quiera...dos segundos desde que la mano irrumpió y despertó su miedo Tal vez me ha llegado la hora” pensaba en silencio mientras algunas gotas de sudor....se incrementaban e iban apoderándose de su rostro, axilas y piernas...
Lamentablemente, sentía que era algo mas...quizás la mismísima muerte”. .....


La criatura comenzó a ponerse inquieta ,algo molesta, tomando mas y mas fuerte a Juan de la remera y agitando su respiración. El aliento resulto algo extraño ...era un mentol intenso tipo pastilla extra fuerte.
“Queres? Mirà que son muy fuertes. Son Pastillas para hombres.” Con calidez le dijo su padre alguna vez, alguna plaza mientras el iba con su triciclo y deseaba probar esas pastillas que a su abuelo...tanto le gustaban. Ese tipo de aliento era el de la criatura.
Y su perfume también había comenzado a olerse un poco mas, resultaba curiosa...era una mezcla de perfumes finos, caros......de aquellos que uno de niño no puede tocar, pero lo hace...Juan lo había hecho y aun le duelen las marcas que le dejó su madre enojada...
“JUAN MIRA LO QUE HICISTE......A TU PIEZA, SIN COMER Y UNA SEMANA SIN VER LA TV”...
Por alguna razón....Juan recordó esta escena y se largó a llorar....profundo llanto...ante el miedo, el desconcierto y la oscuridad..... Profundo llanto desgarrador, pero sin moverse de su lugar.
Sus manos ya no le respondía, sus piernas temblaban ......ahí la criatura grito suavemente, susurrando al oído con una voz doble o triple (o quizás sin vos).
“Dime, ¿a que le tenès miedo Juan?”.
..... El pensò en mentir, en silenciar, en hacer una lista imaginaria hablar de la soledad, de la oscuridad, del fracaso, de la ausencia de dinero, de los autos, trenes, noches, dias, cucarachas, ......pero cuando quiso hablar....su lengua ya tampoco reaccionaba.
“Vamos, respóndeme”. Insistía la voz...que no lo soltaba por un segundo de la remera.
Juan junto fuerzas, su pecho se iluminó generando un calor fervoroso, la adrenalina salio de alguna glándula de su cerebro y, entre las voces de su abuelo ,padre, madre y el miedo a morir...respondió con un grito seco: “A NADA”.
Juan no soporto mas la tensión.
Se tiró hacia atrás, impulsándose con sus piernas y manos contra los escalones superioes, y comenzó a rodar por los escalones cortos y empinados, sentia un a no los golpes de ellos por diferentes partes de su cuerpo, pero aun asi...la criatura no lograba soltarlo..al contrario, lo abrazaba con mayor fuerza clavando sus garras en la espalda.
Ante este miedo intento con sus manos tomar el rostro y golpearle, pero al acariciarlo un nuevo escalofrió comenzó a nacer de su pecho, pero no aterrador, sino al contrario calidez y cordialidad. Intento dibujar ese rostro en el aire en miedo de la caida hacia la misma oscuridad, pero un golpe certero en su cabeza lo dejo ...inconciente.

Desperto....quien sabe cuantas horas después...su madre lo habia encontrado tirado en la puerta donde comienzan las escaleras del atillo. La Luz, ya habia regresado.
“JUAN JUAN. Estàs bien hijo?” gritaba su madre en tono histerico y deseperado.
“Si mama, me cai, nada mas. Me da vueltas un poco la cabeza, pero me siento bien”. Dijo Juan sin haber unido ni reflexionado sobre alguna de las piezas del rompecabezas.
Su madre, luego de acompañarlo hasta su habitación, le alcanzo hielo para su cabeza (que aun daba vueltas) y servirle un te caliente. Luego, se sento en el borde de la cama y comento:
“ Sè lo difícil que es todo esto para nosotros dos, solos en esta casa tan grande, pero tu padre lo quiso asi. Te puedo asegurar que a veces puedo sentir su perfume fino francès...y su aliento a las pastillas de mentol que tanto también le gustaban a tu abuelo. Yo lo extraño. Ambos lo extrañamos”.
Juan abrazo a su madre fuertemente. Ella después apagò la luz...y tambien se fue a dormir.
Después de este día, ni Juan, ni su madre volvieron a hablar del incidente.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Dime, ¿a que le tenès miedo Juan?”.
..... El pensò en mentir, en silenciar, en hacer una lista imaginaria hablar de la soledad, de la oscuridad, del fracaso, de la ausencia de dinero, de los autos, trenes, noches, dias, cucarachas, ......pero cuando quiso hablar....su lengua ya tampoco reaccionaba.


El miedo...dicen que la única forma de erradicarlo es enfrentarlo...y a veces da tanto miedo!

Un biko fuerte ;)

11:57 AM  
Anonymous Anonymous said...

el mounstruo del pasado se alimenta del miedo del presente muchas veces

6:47 PM  
Anonymous costa rica retirement said...

Demasiado bueno tu cuento nos hace recordar que cada persona tiene sus miedos internos

6:16 PM  

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